Napoleón que había tomado el poder tras
triunfar la Revolución Francesa, ordenó el envío de su ejército contra España
en 1808, con el pretexto de invadir Portugal. Contando con la
complicidad de Manuel Godoy; pone a su hermano José I en el trono. (2)
Ello ocasiona la Guerra de la Independencia Española, que duraría cinco años. En ese tiempo se elaboró la primera Constitución española en las denominadas Cortes de Cádiz. Tras la derrota de las tropas de Napoleón en la batalla de Vitoria en 1813; Fernando VII vuelve al trono de España. (3)
Desde que Fernando, por enfermedad, no pudo asumir sus responsabilidades, su
esposa Mª Cristina asumió la regencia, pero en España estaba en vigor la “Ley
Sálica”, por la que las mujeres no podían acceder al trono, y al no querer la
esposa que el heredero al trono fuera el hermano de Fernando, Carlos, le
propuso abolir la ley y así lo hizo. (4)
En 1835,
sube al gobierno, Mendizábal, que inicia el proceso de desamortización de una manera tan radical que se ve obligado a
dimitir y ceder su puesto a Istúriz en 1836. Pues significa que las tierras que eran propiedad de la Iglesia
se vendieron con objeto de hacerlas más productivas, y acabaron en manos de la
nobleza y la burguesía. (5)
En el verano de 1836, se había
producido un gran descontento popular con revueltas en distintos puntos de España.
El 12 de agosto el segundo
regimiento de la Guardia Real, se dirigió al Palacio para reclamar de María
Cristina la reinstauración de la Constitución
de 1812. Presa de su propia Guardia
dictó un Real
Decreto en el que ordenó la publicación de dicha Constitución.
(6)
Al día siguiente, Istúriz dimite y
es nombrado Presidente del Consejo el liberal José
María Calatrava, que restituye a Mendizábal como Ministro de Hacienda.
Con
Calatrava, se anula el Estatuto Real y se redacta una nueva Constitución en 1837 de carácter
progresista, que contempla la soberanía nacional pero acepta el papel moderador
de la corona. (7)
Para no tener que nombrar a otro regente, se
decidió avanzar la mayoría de edad de Isabel II. Se eliminaron todas las
instituciones del antiguo régimen y la burguesía
terrateniente, dedicada a la explotación agraria asumió el poder político y
económico. (8)
Estos
Adquirieron el poder en 1836 con la desamortización de Mendizábal, Además,
se aprobó la Constitución de 1845; la cual declaraba una soberanía compartida
entre el rey y la nación y la unión de la Iglesia y el estado (9)
Cuando Isabel asumió el poder, Carlos, el hermano del rey
y sus seguidores se levantaron en la Primera
Guerra Carlista (1833-1839).
En 1839, se firma el Convenio de Vergara por el
cual se pone fin a la Primera Guerra Carlista.
De 1846 a 1849 tuvo lugar la Segunda Guerra Carlista. La cual ganaron los Isabelinos. (10)
1854 a 1863, Progresistas, Unionistas y Moderados se
alternaron el poder.
Progresistas, Unionistas y Demócratas llegaron a la
conclusión de que el problema era la mala gestión llevada a cabo por Isabel.
Esta mala gestión, sumada a la grave crisis desembocó en la revolución de 1868, llamada La Gloriosa. (11)
A
partir de aquí empezó una nueva etapa democrática; el Sexenio Democrático de 1868 a 1874. Se redactó desde buen principio
una nueva Constitución se aumentaron los
derechos y libertades de los ciudadanos y se disminuyeron los de la Corona. Se
le ofreció la corona a Amadeo de Saboya, coronado en 1870. (12)
Pero la
presión de algunos partidos hacia el nuevo rey, el estallido de la Tercera Guerra Carlista (1872) y el
asesinato de Prim, le obligaron a abdicar en 1873.
Se proclamó la I República española en febrero de 1873. (13)
CONTEXTO SOCIOLÓGICO
La gente estaba dividida en dos estamentos, los
privilegiados (clero y nobleza) y los no privilegiados. Era una sociedad dividida en oratores,
bellatores et laboratores, el poder era de los encargados de la salvación o
condenación eterna (oratores: clero) y la protección o el castigo físico
(bellatores: nobleza), mientras que el
pueblo llano (laboratores)
la clase no privilegiada, debía trabajar para mantenerse a sí mismo y a
los otros dos. (14)
La época de liberalismo moderado durante
el reino de Isabel II trajo consigo grandes cambios: se declaró la soberanía
nacional, hubo división de poderes y las clases pasaron de ser impermeables a
dividirse según nivel de riqueza. (15)
Cuando escribe Bécquer está en pleno auge
el Realismo, pero a pesar
de ello se le considera un autor romántico.
El Romanticismo literario es el movimiento que dominó la literatura
en Europa desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XI
No fue solo una simple corriente literaria, sino también un
amplio movimiento cultural, político y vital que ponía por delante la
imaginación y la libertad. (16)
Los primeros síntomas del movimiento romántico en España
se encuentran, a partir de 1824, en la revista barcelonesa “El Europeo. A
España llegó tarde, en especial tras la muerte de Fernando VII y la vuelta de los exiliados en
1833)” (17)
Las verdaderas teorías románticas aparecieron durante las
dos últimas décadas del siglo XVIII en Alemania. En su base encontramos:
- una clara
insatisfacción ante la realidad;
- un profundo
descontento respecto una sociedad dominada por los valores burgueses.
El movimiento se inspiró en las teorías del filósofo
Jean-Jaques Rousseau y los escritos del alemán Johann Wolfang von Goethe. (18)
El régimen
liberal, permitió a los intelectuales y artistas españoles acercarse a Europa y
participar en el desarrollo de sus actividades culturales; la incorporación de
nuevos avances científicos, la extensión de la enseñanza pública, el
crecimiento de la prensa periódica y el desarrollo de movimientos ideológicos,
literarios y artísticos. (19)
El autor que nos ocupa pertenece a la última etapa del
romanticismo, su declive.
En España ya se había hecho popular el Realismo y los
autores románticos como Espronceda habían desaparecido. En vez de dirigirse a
la humanidad en voz alta, el poeta se encierra en sí mismo cultivando su propia
tristeza. (20)
Etapas del
Romanticismo español:
A grandes
rasgos, podemos distinguir tres etapas en el desarrollo del movimiento
romántico en España.
Primera fase: Un
periodo de transición (1800-1830)
La invasión napoleónica y el renacimiento ideológico, que
tiene por escenario las Cortes de Cádiz, favorecen el desarrollo de un clima de
romanticismo que se percibe antes en los modos de vida de la sociedad que en
las letras por sí mismas.
Los
viajeros europeos consideran a España, por su paisaje y sus costumbres, el
“país romántico por excelencia”.
La literatura
que se desarrolla en este momento es de tipo tradicionalista: reivindica los valores del pasado, ejemplificados
en el espíritu caballeresco de la Edad Media, la Monarquía y el Cristianismo.
Se identifica con una ideología conservadora y reaccionaria, enemiga del
liberalismo, y que sintetiza la expresión “Dios, Patria y Rey”.
Segunda fase: Plenitud del romanticismo
La nueva estética romántica fue como un estruendo, un
estallido que sacudió sorprendentemente la sociedad y los gustos de la época.
Pero la emoción y el alboroto desaparecieron tan rápidamente como habían
venido.
La literatura es, en una palabra,
exaltada. Es un romanticismo liberal, revolucionario y radical. Defiende las
ideas democráticas, así como el progreso en todos los campos y la absoluta
oposición al sistema del Antiguo Régimen. Los escritos son aparatosos y
rebeldes, y expresan críticas a la sociedad en general. Muchas poesías cantan a
personajes anti heroicos; rebeldes o marginales, hostiles a la sociedad, rasgo
que anticipa a Realismo y Naturalismo.
Tercera fase: Declive del Romanticismo (1846-68)
Entre 1835 y 1849, como preludio de
la decadencia del movimiento desaparecieron algunas de las principales figuras
románticas como Larra, Piferrer, Espronceda, López Soler y Arolas. Pero el
verdadero apagamiento del estallido romántico y transición al Realismo, se dio
entre 1845-1868, y pervivió durante treinta años en formas y realizaciones
menores.
Frente al realismo general de la época, cuando dominaba
una poesía al gusto burgués, prosaica y con pretensiones filosóficas, y contrastando
con el lenguaje y las formas, comenzó a perfilarse una corriente intimista de
contenido simbólico decisiva para el porvenir de la poesía española.
Este periodo se caracteriza por la
sencillez formal y la hondura del sentimiento, así como por la interioridad y
la discreción; pues el poeta analiza sus sentimientos más íntimos, en una
confidencia destinada a sí mismo o a sus seres queridos.
Es subjetivo y el autor quiere ser un espíritu único cuya
espontaneidad nace de su propia gran reflexión, de la propia introspección y
del narcisismo del “yo”; esto viene a ser lo que caracteriza el intimismo del
romántico: en vez de dirigirse a la humanidad en voz alta, el poeta se encierra
en sí mismo cultivando su propia tristeza.
En este último periodo es donde situamos al autor que nos
ocupa, Gustavo Adolfo Bécquer, junto con Rosalía de Castro, como principales e
indiscutibles protagonistas.