Gabriel es un hombre que tiene una
vida bastante comoda y con muchos asmigos, un dia, debido a un
accidente,sus amigos le abandonan y se embarca en un viaje en el que
reflexionara sobre su vida y sobre lo que significa la soledad y la
amistad.
“Muchos años después, frente al
pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y
cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas. Que
se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enornes
como huevos prehistóricos.”
Era un bonito día de febrero, y el
estaba al cargo de un fusilamiento,era su primer encargo, así que
estaba bastante nervioso. Al bajar a los calabozos, Aureliano
preguntó al capataz quién debía de ser fusilado, y él,
adormilado, le dijo que el de la celda del final por la derecha,
cuando en realidad el que debia ser fusilado era el de la celda de la
derecha. Aureliano cogió a un paisano inocente y, aunque el no
paraba de repetir que era inocente, Aureliano no le escuchaba y lo
llevó enfrente del pelotón y mandó la orden de fusilarle. Al
enterarse el mayor de que habían fusilado al hombre equivocado,
desterró a Aureliano y a su familia.
Una vez fuera de peligro, se escondió
en un campamento de gitanos, a los cuales compró dos lingotes
imantados, con los que pensaba extraer el oro de la tierra, a pesar
de los avisos del gitano y de su familia, el siguió buscando oro. Su
familia, ya cansada, le abandonó, el siguió buscando oro, pero lo
que hizo fue ir de ciudad en ciudad con sus lingotes imantados,
haciendo que los objetos metalicos cobrasen vida propia y cayeran en
manos suyas. Le pillaron in fraganti, le acusaron de robo y brujería
y le mandaron a fusilar, durante el cual recordaría aquel dia en que
su padre le llevó a conocer el hielo.
Bibliografía
García M, G (1999) Cien años de soledad, ed. El Mundo, Madrid